Skip to main content

Preguntas Frecuentes

¿En qué consiste el proceso terapéutico?

1. Evaluación
Esta valoración inicial dura aproximadamente de 4 a 5 sesiones. En ella intento hacer un primer mapa de lo que te puede estar sucediendo y establezco unos objetivos de trabajo.

Realizo lo que se llama el “encuadre terapéutico”: trato de concretar la perspectiva desde la que vamos a trabajar en las sesiones, que duración tendrán y resuelvo todas las dudas que te puedan surgir.

2. Intervención
En esta segunda etapa trabajamos los objetivos propuestos en la evaluación. Aplicamos técnicas específicas adaptadas a tu proceso individual, dotándote de las herramientas necesarias. Aprenderás a utilizarlas durante las sesiones y podrás guardártelas para los momentos en que vuelvas a necesitarlas.

3. Seguimiento
En esta tercera fase ya empezamos a espaciar las sesiones para fomentar tu autonomía personal. Consiste en que apliques a tu contexto todo lo que has aprendido. Este proceso te ayudará a prevenir recaídas.

¿Tengo que tener claro qué me pasa para ir a terapia?

La respuesta corta es NO. Al principio es normal que no sepas exactamente lo que te pasa. ¡Eso forma parte de la terapia! Y con paciencia y trabajo lo iremos descubriendo a través del proceso terapéutico.

¿Cuánto dura la terapia?

Las sesiones duran aproximadamente una hora y su periodicidad varía a lo largo del proceso. Al comienzo de la terapia es recomendable que las sesiones se hagan de manera semanal y luego ir espaciándolas con el tiempo.

¿Es mejor la terapia online o presencial?

Ambas tienen el mismo efecto. La elección dependerá de tu disponibilidad para desplazarte, tus horarios y dónde sientas mayor comodidad.

¿Las sesiones se pueden cambiar o cancelar?

Siempre que se haga con 24 horas de antelación, sí. Podrán modificarse o cancelarse.

¿Es necesario haber hecho otros procesos terapéuticos para empezar terapia?

Claro que no. No es necesario haber ido a terapia previamente para empezar el proceso terapéutico.

¿Qué es el vínculo terapéutico?

Es el vínculo que se establece entre terapeuta y paciente. Ayuda a que te sientas en un espacio seguro y es un motor fundamental para el éxito terapéutico.